Una cirugía plástica que ha venido cobrando fuerza entre las mujeres promete un abdomen de nadadora. Se trata de la lipectomía o abdominoplastia, una cirugía que acompaña a la lipólisis láser o que se practica cuando se ha tenido una pérdida considerable de peso y queda piel sobrante que no se retrae.
En ocasiones, es inevitable que el cuerpo femenino pierda sus formas y cambie drásticamente, ya sea por la edad, embarazos, cesáreas u obesidad. Suelen presentar estómagos muy abultados, caídos, flácidos, llenos de celulitis y estrías. Verse al espejo las deprime e incluso les causa problemas en su matrimonio y e íntimidad. En estos casos la cirugía plástica ofrece una solución milagrosa con resultados asombrosos. A la lipólisis láser, una cirugía para eliminar grasa y moldear el cuerpo se suma la lipectomía, con la cual se elimina la piel sobrante y de paso las estrías y la cicatriz de cesárea.
En algunos casos el cirujano debe reconstruir el ombligo, pero depende de la cantidad de piel que se corte. La lipectomía también se usa para eliminar el exceso de piel por obesidad mórbida por eso no en todos los casos requiere la cirugía para eliminar grasa. Deja una cicatriz en la parte inferior del abdomen y su tamaño varía según la cantidad de piel que sea necesario resecar; se puede ocultar bajo la ropa interior o el traje de baño.
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